“Todo se pierde en la vida excepto lo que está en el corazón”
Todo cambio en la vida genera pérdidas. Cambio de: circunstancias, condiciones, personas, etapas…cambio de mi realidad.
Todo proceso de pérdida de un “valor” llega a las fibras más profundas de la persona, las pérdidas generan heridas que requieren ser sanadas.
La vida se pude conformar por distintos ciclos que conjuntan diversas situaciones a lo largo del camino.
Al no cerrar un ciclo, quedamos atrapados al pasado, perdemos libertad, y no podemos resolver y disfrutar el presente. Al quedar atados al pasado, se perpetúa el dolor, se genera rencor, amargura.
¿Qué impide cerrar un ciclo? Miedos, Resistencias, Dependencias afectivas, Culpas, Falta de perdón….
Es necesario reconciliarse consigo mismo, con las circunstancias y acontecimientos contradictorios.
“Madurar es renunciar a lo que ya no está”. Al asumir que todo va a pasar algún día, me hago responsable de enriquecerme con las pérdidas y de agradecer y disfrutar lo que tuve y lo que tengo.
Todo nuevo ciclo trae la incertidumbre ante el cambio. Es una nueva situación que se tiene que ir resolviendo. La crisis de lo nuevo se convierte en la oportunidad de construir algo nuevo, más maduro, más integrado.
* Publicado por Alfonso Dávila, SJ.
– Colaborador del Centro Ignaciano de Espiritualidad de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús.
– Acompañante Espiritual y de procesos psico-afectivos
– Comparte talleres en varias ciudades del país: Cerrando ciclos, el Reto de ser y hacer pareja, Relaciones Rotas, Eneagrama, Discernimiento, el poder de los deseos, etc.
– Conduce el Programa de Radio: “Tiempo de Coincidir: Despertando mi interior” en radiodespertar.com.mx
– Actualmente Teología en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México
– Maestría en Filosofía Social ITESO
Para más información acerca del taller:
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