Ahora que comienzan clases queremos compartirles el testimonio de Miss Carmen, una miss de inglés de una escuela que busca ser de inclusión y que reconoce la ganancia de tener entre sus alumnos a una niña con discapacidad. Gracias, Carmen, por compartir tu experiencia y hacernos recordar que con la inclusión ganamos todos.
…….
Desde hace 6 años y medio trabajo en el Colegio Senda. Entré para suplir a una miss de inglés de sexto de primaria, y me quedé.
Desde hace 4 años trabajo en el kínder del colegio y soy muy feliz. Me encantan los niños y sus ocurrencias, su imaginación, su energía, su capacidad de asombro, su alegría y la manera como van entendiendo la vida.
En el caso de nuestro salón, se han dado cosas maravillosas que no había visto yo en ningún otro lado. María Fermina es una niña con ciertas necesidades educativas especiales. Tiene una discapacidad en el sistema neuromotor provocada por una lesión cerebral ocurrida al momento del nacimiento. Sin embargo, para nosotros, sus 17 compañeros y para mí, su Miss de Inglés, es una más.
Tiene una gran ayuda con su maestra de apoyo (Mariana Guerra) que la acompaña todo el día y nos ayuda a hacer las adecuaciones curriculares para facilitarle el aprendizaje a María, pero lo que vivimos todos los días es difícil de expresar. Conocí a María cuando entró a Comunidad Infantil, estaba por cumplir 3 años. Su sonrisa enorme y su mirada de asombro detrás de un par de anteojos la hicieron única desde el momento en que la vi.
Como maestra de inglés que soy, he descubierto que la repetición hace que los niños aprendan mejor. Se trata siempre de repetir y practicar, y María con su gran memoria no tuvo ningún problema. Además soy una persona musical, y al llenar el aula de canciones, rimas y ritmos, se fueron haciendo las cosas más fáciles. María en ese entonces no caminaba, pero gateaba a toda velocidad para alcanzar a cualquiera de sus amigas. Ella siempre consideró muy especial a una amiguita llamada Camila. A la fecha, son inseparables.
Pero tuve la gran fortuna de volver a tener a María Fermina en K3, el año que terminamos en julio del año en curso.
Todos nuestros alumnos de K3 que ya han convivido con María por lo menos 2 años la consideran una más del salón. No existe el menor prejuicio hacia ella. Todos la ayudan si lo necesita, y de igual manera le reclaman si hace algo para lastimarlos. María es una más. Una niña latosa, que de repente grita para llamar nuestra atención, y que si nos descuidamos un momentito se baja de su silla y gateando se acerca a platicar o a ver el trabajo de sus compañeros. María es femenina, le gusta el rosa y el morado. Ama a Hello Kitty y le fascina la música, cosa que me ha unido a ella de una manera más especial.
María Fermina es capaz de expresarnos lo que quiere y lo que le gusta, al igual que lo que no quiere y no le gusta. Sabemos con ella cuando es momento de parar y cuando debemos continuar exigiéndole. Sabemos que dará su mayor esfuerzo siempre que tengamos un ratito para acercarnos y evaluarla personalmente. Nos sorprendió a todos muchísimo cuando hace alrededor de 7, 8 meses se soltó caminando solita. Todo el salón estábamos encantados. Pero lo que ha sido más maravilloso de todo es reconocer en María Fermina a una niña más de nuestro salón. Ella se siente en confianza y se sabe parte nuestra. Para cada uno de sus compañeros y para mí, ha sido un privilegio trabajar con ella y aprender una serie de cualidades y actitudes que quizás los hemos perdido de vista solo porque no tenemos a nadie especial que nos los recuerde.
Admiro en María Fermina su espíritu indomable y determinado, su capacidad de lucha, su tenacidad, su memoria, sus ganas de aprender, la manera como trabaja con los números y las letras y su enorme sonrisa. Me ha enseñado que la vida es mucho más de lo que se ve a simple vista. Me ha enseñado que todos podemos aprender si tenemos ganas de hacerlo. Me ha enseñado que nunca debemos rendirnos por más duras que se pongan las circunstancias. Me ha enseñado el valor de la amistad y del respeto profundo. Me ha enseñado lo que una familia es capaz de hacer por amor. Me ha hecho sentir útil y valiosa, y eso, querida María Fermina, ha llenado mi corazón todos los días desde que te conozco. Ahora que ya estás en prepri, solo me queda recordarte que sigas siendo como eres: así de luchona y entregada para que nos puedas seguir llenando de orgullo a nosotras, tus misses, por las que has pasado en otros momentos de tu vida.
¡Gracias por todo, María Fermina! Te quiero mucho.