Ante la discapacidad de un hijo, los primeros años del huracán de emociones son para los papás. ¿Qué tiene mi hijo? ¿Cómo lo enfrento y comparto con la gente que quiero? En fin, esas situaciones que a los papás de hijos con necesidades especiales tanto nos cuestan. Si nos voltean a ver o si nos ignoran. Si nos preguntan lo mismo cien veces. Si nos invitan e incluyen o no. Es difícil y a veces doloroso, y eso que somos adultos.
Sin embargo llega el momento en que ya no se trata de nosotros sino de ellos mismos, de nuestros hijos enfrentando su condición, haciendo conciencia de sus diferencias, en los retos diarios y ante las miradas y preguntas de los otros niños. Esto, puede ser especialmente difícil para niños que se desenvuelven en ambientes regulares, pero que sus limitantes les recuerdan constantemente que ellos son distintos. Nosotros como cualquier padre quisiéramos evitarles ese dolor, sin embargo lo único que podemos hacer es darles herramientas para responder y confianza en ellos mismos.
Aquí algunos tips tomados del libro Yes I Can! Guía para niños con discapacidad.
• Hacer un examen o practicar un deporte es un desafío físico para cualquier niño. Que una parte de tu cuerpo no funcione como es debido también lo es, sobre todo en las actividades diarias que a otros les es sencillo. Debes saber que tú puedes hacer las cosas, pero las haces de otra manera.
• Hacer preguntas es bueno. ¿Por qué mi cuerpo no funciona igual que el de los demás? La respuesta puede ser una enfermedad, un accidente o que naciste así. Y si no hay respuesta, la pregunta más bien será ¿los terapeutas pueden ayudarme a vivir mejor con mi cuerpo? Por ejemplo.
• ¿Que están mirando? Tú sabes que no es lindo quedársele viendo a alguien. Pero cuando los niños o los adultos ven algo diferente se preguntan por ello. Es normal que te moleste que te vean, pero solo es curiosidad por tu silla, o por cómo hablas, tú míralos y sonríe, a lo mejor hasta haces nuevos amigos.
• No todos en la escuela saben cómo comportarse contigo. Pide un momento a tu maestro para presentarte y que todos sepan cuáles son las cosas que puedes hacer solo y en que te pueden ayudar. También tú ofrece ayuda.
• Es importante hacer amigos y ser un buen amigo. Si crees que hay alguien que podría ser amigo tuyo, pregúntale qué le gusta hacer y platícale a qué te gusta jugar a ti.
Siempre hay que buscar el momento de recordarles (y recordarnos) que su discapacidad es sólo una más de sus características, hay que resaltar sus habilidades, todo lo que sí pueden hacer y en lo que son exitosos para que ellos sepan que tienen mucho que aportar en la familia, con los amigos y en la escuela.