La semana pasada asistimos al seminario “El ABC de la Inclusión”, la sede, CONFE y organizado por la Asociación Todos por la Inclusión.
Nos llevamos muchas sorpresas, todas ellas agradables. La convocatoria fue increíble, el auditorio estaba lleno. ¿Quiénes estábamos ahí? Sin duda algunos papás, pero la gran mayoría maestros, coordinadores de los departamentos de psicopedagogía y grupos de apoyo de muchas escuelas, asociaciones que asesoran y acompañan a las familias y a las escuelas en el proceso de inclusión, representantes de la SEP y de la Dirección de Educación Especial del DF, monitores académicos (también conocidos como sombras), y diferentes organizaciones. En este camino los papás nos llegamos a sentir muy solos librando nuestra gran batalla. Primera novedad, NO ESTAMOS SOLOS. Algunos por el bien de un ser querido, otros por el bien común pero hay mucha gente trabajando por los derechos de las personas con discapacidad, y una educación de calidad en escuelas regulares es uno de esos derechos.
Más sorpresas, las escuelas participantes en los paneles compartían sus experiencias con honestidad, preocupación y satisfacción. “Llevamos 15 años integrando alumnos en nuestra escuela, con aciertos y desaciertos, cambiando paradigmas en busca de la verdadera inclusión”;
” Nosotros empezamos con una alumna, hoy por hoy tenemos 15 alumnas en el programa de inclusión”; “Nosotros estamos satisfechos por este esfuerzo”; “Nosotros tenemos poco tiempo y vamos por más”. ¡Padrísimo! También los testimonios de las escuelas públicas en donde aceptan a todos los alumnos que lo solicitan y resuelven con los recursos existentes, conmovedores y motivantes.
Y más sorpresas, la terminología. Aquí hemos insistido mucho en que tenemos que aprender a ver a la persona y no su discapacidad, de ahí la importancia de decir “niño con discapacidad “. Pues en cuestiones académicas se habla de que un niño tiene barreras en el aprendizaje, y ¿qué creen?, las barreras no las puso él. Las barreras pueden ser físicas, o del método de enseñanza, o del sistema educativo en general, por tanto quien debe de quitar las barreras es la escuela, el maestro y el sistema educativo como lo conocemos hasta ahora. Es un cambio de paradigma extraordinario, el niño no tiene que cambiar y ser diferente, tiene que esforzarse, poner atención, estudiar y hacer amigos, como CUALQUIER OTRO NIÑO, mientras su escuela está respondiendo a sus necesidades particulares.
Ser incluyente es abrazar la diversidad, idiomas, religión, discapacidad, cultura, estilos de inteligencias, etc. Eso es diversidad. Ser incluyente no es tener 3 niños con necesidades especiales en una escuela, es aceptar que todos SOMOS diferentes.
¡Felicidades a los organizadores fue un seminario espléndido!