Me he puesto a pensar sobre las muchas maneras en que la gente se ha acercado a mi hija y reaccionado ante ella. Y le he preguntado a muchas familias con niños con necesidades especiales al respecto.
Obtuve muchas respuestas distintas: a algunos les gusta que les hagan preguntas, mientras que otros no quieren que sus hijos o ellos mismos tengan que estar respondiendo preguntas todo el tiempo. Pero creo que lo que todos quisieran se puede resumir en esto:
Cuando conozcas, o te encuentres con, o veas a un niño o niña que se ve diferente, debes hacer una sola cosa:
- Trátalo como tratarías a cualquier otra persona - Sonríele y salúdalo. - Dile a sus papás que su hijo está muy lindo. - Dile al niño que te gusta su playera de Superman. - Míralo a los ojos.
Y date cuenta de que aunque puedas tener curiosidad sobre por qué se ve como se ve, eso no importa. Porque se trata de una persona, como tú o como yo. Cómo somos físicamente cualquiera de nosotros no es importante, no es eso lo que nos define y no debiera incidir en la manera en que nos tratamos.
Verdaderamente haremos de este mundo un lugar mejor para todos los niños, cuando seamos proactivos en hablarles abiertamente a nuestros hijos sobre las diferencias, y sobre lo que realmente hace a cada persona única y especial. Los niños toman nuestro ejemplo en muchas situaciones, así que en lugar de tratar desesperadamente de callar a tu hijo cuando hace alguna pregunta sobre la apariencia de alguien (por cierto, los oímos cuando hacen esos intentos de callar a sus hijos), con seguridad dile “simplemente así es la manera como es ese niño, así como tú tienes ojos cafés y pelo lacio”.
Si tiene más preguntas, puedes decirle “podemos platicar más al rato, para que te pueda contestar todas tus preguntas con más calma”. Honestamente, cuando te apenas y casi casi le tapas la boca a tu hijo para callar sus preguntas, me apenas a mi también.
Hay personas que me han dicho que se sienten raras cuando están con alguien con una discapacidad, porque no saben si deben hablar al respecto, preguntar sobre la discapacidad, o si parece mal educado actuar como si no se dieran cuenta de la discapacidad.
Trata de pensarlo así: imagina que tienes un hermosísimo cabello rubio, largo, rizado. Dondequiera que vas, todos los días, todo mundo comenta sobre tu cabello, te hace preguntas al respecto, opina y te da consejos en relación con tu cabello.
¿No te hartaría un poco tener que hablar todo el tiempo sobre tu cabello? ¿No querrías que la gente se diera cuenta de que tú eres MUCHO MAS que tu cabello? De igual forma, nuestros hijos son tantísimo más que su silla de ruedas, sus marcas físicas, su síndrome de Down…
Así que te quiero animar a que trates de dejar de enfocarte en el “cabello”, y en lugar de eso, te enfoques en nuestros hijos como las personas que son. Creo que una vez que comiences a tratar a las personas con discapacidad como tratarías a cualquier otra persona, te darás cuenta de que, en efecto, sí son como cualquier otra persona, con intereses, gustos, su propia personalidad y muchos regalos que darle al mundo.
Traducido y adaptado por Moni E.
Fuente original: http://www.blessedbybrenna.com/2014/05/the-one-thing-you-should-do-when-you.html?m=1