Recientemente PHINE ha estado publicando diferentes notas y artículos que pueden ayudar a los papás de niños con alguna discapacidad a que les sea más sencillo la entrada a la escuela. Intento leer estos artículos con frecuencia para poder ayudar a mi sobrina y sus papás en este gran paso que están dando.
Así, pensé que podría ser buena idea escribir algo para los papás de niños que no tienen discapacidad, precisamente para intentar aminorar las barreras que Jimena confrontará en su vida.
Generalmente, como papás de niños regulares consideramos diferentes aspectos para las escuelas de nuestros hijos: nivel académico, valores, a lo mejor el nivel de inglés, la cercanía a nuestras casas… Ahora, imagínense por un momento que todo esto no fuera lo más importante y sólo desearan que aceptaran a su hijo en una escuela y no fuera discriminado. Además de la falta de infraestructura (escuelas sin rampas, sin elevadores, sin baños para sillas de ruedas) las escuelas no cuentan con mecanismos para la inclusión de personas con discapacidad (programas de educación adaptables, no hay psicólogas o trabajadoras sociales que puedan guiar a los demás niños y papás para que sepan manejar la discapacidad, aceptación de monitores o sombras que puedan ayudar a los niños a participar en las actividades diarias, etc.)
Acondicionar una escuela para que niños con necesidades especiales pudieran estudiar en el mismo lugar que tu hijo no intervendría en su educación y desarrollo. ¿A qué me refiero? Una de las principales causas para que las escuelas regulares no acepten a niños con alguna discapacidad, además de por discriminación e ignorancia, es porque muchas veces los propios papás consideran que la inclusión de un niño con discapacidad puede retrasar el aprendizaje de sus hijos. Imaginemos que un niño cuenta con la habilidad mental y física para ir a una escuela, pero nació sin una mano, ¿no creen que podría ser buena idea que en las actividades para “Manualidades 1” se busquen tijeras, estuches, pegamento, que le sean de fácil manejo con una mano? ¿Creen que este esfuerzo pueda afectar el aprendizaje de los demás niños en el salón?¿Creen que sería justo que por nacer sin una mano tuviera que estar separado de los demás niños? Adaptar el programa educativo, de deportes, de manualidades, seguramente no afectaría la educación y desarrollo de los demás niños, solamente atendería también a un niño que requiere esas adecuaciones.
¿No sería bueno entonces también preguntarnos cuando busquemos escuelas para nuestros hijos, si hay rampas o elevadores en las instalaciones, o si las maestras tienen conocimiento de lengua de señas y programas adaptados para niños con discapacidad? Básicamente, preguntarnos si donde estudiarán nuestros hijos es un lugar de verdadera inclusión, no sólo por solidaridad con los demás, sino porque debemos tener en mente que la discapacidad puede llegar a cualquiera de nuestras vidas.
Estoy muy ilusionada con la entrada de Jimena al kínder y espero con todo el corazón que no sea discriminada, que aprenda, encuentre amigos y sea feliz, así que aquí van algunos tips para los papás de niños regulares que pueden ayudar para que Jimena y todos los niños con necesidades especiales sean tratados como cualquier otro niño:
Conozcan a los compañeros de sus hijos y si hay alguno que presente alguna discapacidad, acérquense a los papás de ese niño desde el principio, porque si ustedes tienen miedo de cómo será aceptado su hijo en la escuela, imagínense qué sentirán los papás del niño con discapacidad.
Díganle a sus hijos que se acerquen a su compañero que pudiera ser diferente a ellos, está bien que les expliquen que hay niños que no ven, niños que no hablan, niños que no pueden caminar, y que los inviten a jugar con ellos.
En las actividades individuales, si tu hijo termina antes, podría acercarse al niño con discapacidad o a la persona que lo acompaña y ofrecer ayudarle a terminar.
En los cumpleaños de sus hijos, también inviten a los niños con discapacidad, las sombras o los papás de ese niño adecuarán todo para que pueda participar sin que tú, papá o mamá regular, tengan que adaptar las condiciones de la fiesta.
Intenta hablar con tus hijos para que no usen palabras discriminatorias en su vocabulario, por ejemplo, si te equivocas en algún ejercicio no eres “un retrasado mental”, o si no alcanzan a ver lo mismo que tú ves que no digan “¿qué no ves? ¿Estás ciego?” Solemos usar este tipo de expresiones sin pensar que pueden ofender a otras personas que sí tienen discapacidad intelectual o visual.
Leer los artículos de PHINE porque te pueden dar muy buenos tips de cómo explicar la discapacidad a tus hijos.phine.com.mx, facebook: /Padresdehijosconnecesidadesespeciales.