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Gaby M.

La inclusión inicia con la información


Bien dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad y así sucedió cuando un día estaba mi hija de 7 años con varios amiguitos y uno de ellos me preguntó por qué Diego, mi hijo con parálisis cerebral, siempre tiene la boca abierta.

Les pregunté si sabían para qué servía el cerebro y todos al mismo tiempo me contestaron “para pensar” y el mayor de todos, de 10 años, dijo “y también sirve para movernos”.

Les platiqué que Diego tiene un daño en el cerebro que le impide moverse voluntariamente, caminar y hablar y es entonces cuando el niño de 7 años dijo que Diego daba miedo porque no se mueve. Le expliqué que a pesar de que no se puede mover, es un niño como cualquier otro que va a la escuela, que le gusta la música, los cuentos, jugar con su hermana, que su papá le haga la aplanadora, jugar futbol desde su silla, comer pastel y chocolates y que cuando está contento nos lo dice con una sonrisa.

Mientras les daba la explicación y el niño hacía muchas preguntas, su hermano mayor le decía que ya se callara, que no preguntara más, entonces le expliqué que es mejor aclarar todas las dudas que tengan para que puedan ver a Diego como cualquier otro niño y llegue a ser su amigo.

Esa misma tarde, llegaron los hermanos a buscar a mi hija para bajar a jugar al jardín como habitualmente lo hacen, pero con la diferencia que esta vez también invitaron a Diego.

Con esto, confirmo una vez más que la información es lo más importante para que no haya prejuicios, para que se acerquen sin miedo a los niños con alguna discapacidad a saludarlos y jugar y pueda llegar a ser amigos.

Sé que es un tema que los adultos no sabemos cómo afrontar ni explicar a nuestros hijos, pero para que haya una verdadera inclusión, es mejor darles la mayor información posible, aclarando todas las dudas y explicando que los niños con discapacidad, también son niños.

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