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Felipe De Loza Rodríguez

La importancia del deporte en mi hijo con discapacidad


“Su hijo está destinado a permanecer postrado en una cama el resto de sus días”, ese fue el comentario de uno de los médicos que trató a Patricio mientras estuvo en el NICU, Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales por sus siglas en inglés.

Es un hecho que tardó muchos meses en sentarse derecho sin ayuda, mucha semanas despuésfue capaz de mantenerse de pie detenido de algún mueble a su altura, apenas la Navidad pasada, como parte del festival decembrino en su escuela, él cerró el show dando alrededor de 10 pasos de manera independiente caminando de los brazos de su guía a los de su maestra acompañante (sombra) y luego él voluntariamente decidió dar media vuelta y regresar a donde estaba hincada su guía.

Se preguntarán, ¿y qué tiene que ver esto con el deporte? Desde recién nacido, su mamá y yo, nos hemos esforzado por crear en él la conciencia de que logrará todo lo que se proponga sin importar el tiempo que le tome.

Cuando tenía alrededor de año y medio, le recetaron una andadera personalizada. Para que el seguro aprobara el gasto que implicaría tenía que caminar 10 pasos montado en una andadera similar y hacerlo sobre alfombra. Fue complicadísimo, recuerdo estar a 10 metros de él animándolo como si estuviera por romper el record mundial de los 100 metros libres. Primero no podía con el peso de la andadera (imagínense a alguien que nunca ha caminado por si mismo hacerlo cargando un peso casi similar al de él), después de unos 5 pasos la terapeuta convenció al agente del seguro que saliéramos al pasillo, donde no había alfombra sino piso muy bien pulido. En cuanto lo dejaron sólo “pegó carrera” recorriendo el pasillo en su totalidad dejando boquiabierto a todos los presentes incluyendo al agente del seguro. Dos semanas después tocaban a nuestro departamento para entregarnos su flamante andador “Rifton Pacer” azul ciclamino. A partir de ese día todas las mañanas después de dejar a mamá en la escuela íbamos a recorrer el centro comercial, donde a pesar de no ser hora de que los negocios abrieran, este ya estaba abierto para que las personas, principalmente de la tercera edad, pudieran caminar sin temor a morirse de frio o sufrir los estragos de la nieve. Al principio sólo dábamos casi una vuelta, los últimos días completábamos 5 vueltas, en el mismo tiempo.

Poco tiempo después de regresar a México nos inscribímos en una carrera que organizó Teletón en la cual los niños de su edad correrían 50 metros, es decir, una cuadra. arranca Patricio tomado de la mano de su mamá y de su tío Mario. Al llegar a la esquina dan vuelta a la izquierda y luego otra vez a la izquierda y finalmente una cuarta vuelta a la izquierda, había terminado la carrera con los niños más grandes que él porque como vimos que había niños acomodándose para salir creímos que sería la única de niños y ¡oh sorpresa! al cruzar la meta tras recorrer 200 metros se escucha por el altavoz del evento: “Solicitamos que los niños más pequeños se acerquen a la línea de salida para comenzar la última carrera del día”, era demasiado tarde Patricio ya había terminado 4 veces la distancia a la cual lo había inscrito.

Actualmente tiene clase de natación todos los sábados. LE ENCANTA nadar. Supongo que a todos los niños también pero con tan solo ver su cara al entrar al agua y la tristeza que le da tenerse que salir se comprende que vale la pena dejar todo lo que estés haciendo el sábado alrededor de las 16:30 horas y llevarlo a su clase de 5:15 pm. Está aprendiendo a flotar además de que aprovechan también para enseñarle tanto a nadar de crol como de espalda.

Hace un mes, mientras veíamos competir a Michael Phelps durante las olimpiadas su hermana le dice Patricio, creo que también le ve cualidades y para no desaprovechar la ocasión le comentamos que ella también puede ganar alguna(s) medalla(s) olímpicas si también se lo propone.

Al hacer un recuento de todos los logros, no sólo deportivos sino en general concluyo con dos reflexiones:

1. ¿Acaso los doctores cuando nace algún bebé y las cosas no salen bien les dan un pronóstico fatalista a los padres para que conforme el niño vaya alcanzando metas impensables se sorprendan y hasta entonces comiencen a creer que su hijo si era capaz?

Aquí tengo que hacer un reconocimiento importante a la Dra. Deb McLeish quien trabaja tanto para el American Children’s Hospital como para el Hospital St. Mary’s en Madison Wisconsin, quien desde los pocos días de nacido Patricio se acercó a nosotros y nos pidió autorización para conocerlo y tratarlo. Ella fue quien durante esos primeros días y hasta el 1 de mayo de 2012, que fue nuestra última cita con ella, nos dio el ánimo que necesitábamos y nos fue iluminando significativamente este camino de la discapacidad comenzamos a vivir en 2009.

2. Definitivamente el deporte ha ayudado a que Patricio sea hoy el niño activo, inquieto y sano que es y sin duda, como dijo su hermana, si se lo propone, ganará no sólo medallas paralímpicas sino también logrará cosas que no puedo ni imaginar.

¡ÁNIMO Pafú, lograrás lo que te propongas y tanto tu hermana como tus papás te apoyaremos incondicionalmente!

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