Mi hija #yasoygrande tiene 9 años, hacemos ronda a la escuela con una de 11 años que es absolutamente encantadora. La de 11 sale con el pelo suelto y una florecita, con bolsa y tiene reloj. La de 9 de coleta con mucho gel, sin bolsa y sin reloj. Observa todo cuidadosamente y me dice #yasoygrnade yo también.
Mi hija tiene una lesión cerebral, por la cual su desarrollo motriz y cognitivo ha avanzado más despacio que el de las niñas de su edad. La veo emocionarse como el primer día viendo Princesita Sofía o Pepa, hace juegos de roles con su hermanita y le gustan las cosas sencillas, como su teléfono de plástico de princesas que se ganó en una piñata. Ante eso, pienso que es chiquita, que me quedan muchos años de disfrutar su infancia, pero si observo cuidadosamente, como hace ella, la encuentro viéndose al espejo y descubro que también el tiempo pasa. Ya tiene una bolsa como la de la vecina, repleta de juguetitos de plástico, pero bolsa al fin.
Este sábado fuimos al concierto de CD9, ella escuchó el anuncio en el radio y a mi me pareció que seria una gran plan de ambas. La realidad es que no conocíamos a CD9, es un grupo de pubertos, guapetones y despeinados que traen locos a los adolescentes. Llegamos a la Arena CDMX, vestidas lo mas modernas que pudimos y nos encontramos el lugar a reventar. Las niñas gritaban a todo pulmón cada vez que los despeinados bailaban. Al principio mi hija estaba mas preocupada por los nachos que por otra cosa, después agobiada por los gritos se tapaba los oídos, y llegué a pensar que había cometido un error al llevarla, pero conforme avanzaba el concierto empezó a bailar y brincotear como todas las niñas alrededor, coreaba las canciones y estaba feliz. Mi niña #yasoygrande se sentía en ambiente. De pronto sacó de su bolsa su ya conocido teléfono de plástico y mientras bailaba “escribía mensajes”. Mi niña grande/chica me conmovió hasta las lagrimas. Es grande y es chica. Es infantil y preadolescente. Es aniñada y esta creciendo. Y la amo sin control, es auténtica y segura.
Hoy, en terapia, hablaba con una mamá que también está preocupada con la entrada a la pubertad de su hijo con necesidades especiales, coincidimos en que no hay mas que prepararnos, informarnos y allegarnos todas las herramientas posibles. Todos los adolescentes pueden ser insoportables, a los nuestros les será mas difícil entender los cambios que están viviendo, y seguramente por mucho tiempo o por siempre vivan esta dualidad grande/chico. Mi gran aprendizaje es que todo es válido, disfrutar las cosas más sencillas a la vez que reconocemos que están creciendo. Varias amigas de niñas regulares me han dicho que viven esa misma dualidad con sus hijas, seguramente también es parte de un proceso absolutamente normal por el que pasamos todos y yo siempre tiendo a pensar que se debe a la lesión. Sea como sea estoy feliz de vivirlo a su lado y de ir todos los conciertos de despeinados como sea necesario para verla brincar, bailar y permitir que la emoción nos despeine de vez en cuando.