En una cena de amigas, después de la segunda botella de vino, acordamos buscar nuevos caminos para hacer lo que nos hiciera felices. Ante la complicación de definir con precisión qué podría hacernos felices, nos enfocamos en identificar algún talento, algo en lo que fuéramos realmente buenas, para eventualmente dedicarnos a eso.
Mariana, identificó rápido que es buenísima para decorar espacios y mesas preciosas; Ceci, para dibujar y cocinar, la verdad le faltó agregar que es la mejor vividora de momentos felices que conozco; Lina, justiciera de enorme corazón, es una speaker nata, conquistadora del público más exigente; Dafny, amiga entrañable, es la mejor “ordenadora” del mundo y la mejor abogada, sin ser abogada; María Laura, íntegra, de una sola pieza, es una enamorada y gran conocedora del arte; Adriana leal, objetiva y pragmática, tiene una claridad casi mágica para ver las cosas tal como son; Carmen, con enorme sentido del humor, es una abogadaza, analizadora impecable de normas y textos jurídicos; Salwa, nuestra amiga sen, gran escuchadora, brindadora de paz, capaz de hacer siempre lo correcto; ¿yo? soy coleccionista de aventuras, contagiadora de risas y stand-upera frustrada (aún).
Mónica se quedó pensando y dijo muy seria que ella no podía pensar en algo para lo que fuera “realmente buena”, ¡que ironía! para mi Mónica es el ejemplo perfecto de que todas las mujeres tenemos un “súper poder”.
Mónica es mamá de Jimena, JuanFer y Joaquín, es esposa, hermana, hija, amiga y abogada (¡y de las buenas!), ya desde ahí me parece como de otro planeta. Pero no es todo, Jimena -su hija mayor- llegó a este mundo rodeada de amor, de ilusiones, de muchas cosas maravillosas; también llegó acompañada de miedos, de incertidumbre y de parálisis cerebral. El dolor más profundo y la confusión quebraron a Mónica. Pero la verdad, más tardó en caer que en levantarse con la fuerza que sólo el amor incondicional es capaz de dar, no solo se levantó, sino que puso en marcha el primero de sus grandes proyectos (porque estoy segura que vendrán muchos más). Junto con algunas de sus amigas, Mónica creó una fundación que se dedica a apoyar a mamás y papás de hijos con necesidades especiales, a compartir experiencias con familias que pasan por situaciones similares para tenderles la mano, para apoyarse, para mostrarse unos a otros que la discapacidad puede vivirse plena y felizmente. (www.phine.org.mx)
Mónica:
Cada día nos muestras con tu ejemplo que ser feliz es una decisión, que salir adelante es sólo cuestión de querer, que trabajar en equipo hace todo más fácil, nos enseñas que no hay imposibles, que no hay situación –por difícil que parezca- que no pueda transformarse con amor y dedicación.
Moni, tu súper poder es inspirar, ¡eres una inspiradora! Gracias por usar tu súper poder para hacer un mundo mejor, que honor ser tu amiga.