No quiero justificar, ni enjuiciar las protestas y acciones que sucedieron el pasado viernes 16 de agosto en la Ciudad de México, con motivo de la falta de respuesta que existe por parte de las autoridades sobre un tema tan doloroso, lleno de emociones desagradables, y que a todos los mexicanos nos debería indignar: la violencia hacía las mujeres.
Sin embargo, como mujer y mamá de una hija de 12 años con discapacidad, también creo que es momento para poner este tema sobre la mesa, y hacernos conscientes de su importancia, pues la vulnerabilidad que viven nuestras hijas se vuelve exponencial, porque se combinan dos características de la discriminación y violencia: ser mujer y tener discapacidad.
Al revisar el periódico y redes sociales, me sorprendí de los cifras que sobre el tema existen. En 6 años crecieron 310% denuncias por abuso sexual a niñas de 0 a 5 años.
Cada año se embarazan más de 11 mil niñas de 10-14 años por abuso y violencia sexual, 76% de mujeres sufre violencia en el noviazgo, y alrededor de 270 feminicidios cada mes. Ante esos datos, sólo pude sentir una profunda tristeza, impotencia, rabia.. ¿Qué más necesitamos para que ese dolor nos mueva a todos los mexicanos y ocuparnos de nuestras mujeres como comunidad, sociedad, y país.?
Como también bien dice Ricardo Bucio en su twitter @ricardobucio “la legítima indignación - para poner fin a la violencia de género - debe ser de México entero, de todos quienes permitimos eso. Autoridades, iglesias, medios y sociedad.” Y añadiría al respecto, que a mi juicio, también es la propia familia el espacio en el cual se repiten patrones machistas auspiciados por una cultura donde la mujer tiene roles etiquetados de cuidado y funcionamiento del hogar.
. Katía D´Artigues @kdartigues periodista y amiga de PHINE , hace unos días publicó en su twitter una reflexión que me gustaría compartir, pues me parece que es un asunto que todos lo deberíamos tener presente..
1. “Me da mucho gusto ver en crecientes espacios debates sobre qué hacer sobre violencia que vivimos las mujeres. Pero no he escuchado (díganme si me equivoco) ninguna referencia a la violencia adicional que viven mujeres con discapacidad. Cómo si no existieran...
2. “Es verdad que parte de ello deriva de que NO tenemos datos. Que no se desagregan por discapacidad a la hora, por ej, de recibir denuncias. Pero sabemos que viven + violencia y que en muchos casos no pueden ni denunciarla porque a ellas les creen MENOS, por falta de accesibilidad”
3. “La presidenta de @CONAPRED , @ahaasp, nos lo dijo hace unas semanas para @YoTambien sobre crímenes de odio hacia personas con discapacidad. Aquí no tenemos datos de nada. No podemos saber. Les dejo la entrevista:
https://yotambien.mx/charla-sin-barreras-el-hoyo-negro-de-los-crimenes-de-odio-hacia-pcd/”
4. “En otros lugares del mundo sí hay datos. Por ejemplo esta nota. Es sobre violencia en general hacia pcd pero también consignan que aumenta por género:
https://www.unfpa.org/es/news/cinco-cosas-que-no-sab%C3%ADas-sobre-la-discapacidad-y-la-violencia-sexual”
5. “Acá otra nota. En todo el mundo está documentado que las mujeres con discapacidad sufren más violencia que sus pares sin discapacidad: https://espanol.womenshealth.gov/relationships-and-safety/other-types/violence-against-women-disabilities … Debemos hablar de ellas, mencionarlas, recordarlas y exigir tener datos para actuar”
A lo anterior, le contestaron algunas compañeras periodistas, feministas, investigadoras y académicas:
Sambuka @Smnbk
La invisibilidad en los datos dice todo. Ni eres lo suficientemente importante para contar. Están excluidas de la ENDIREH, de los datos de homicidios, de la ENVIPE. Es atroz y tiene que cambiar.
Eréndira Derbez @erederbez
“Los niños con discapacidades tienen casi cuatro veces más probabilidades de ser víctimas de violencia que los niños sin discapacidades, y son casi tres veces más propensos a ser víctimas de violencia sexual, con las niñas en mayor riesgo.”
Entonces me vuelvo a preguntar, si como madres de hijas con discapacidad, dejamos que sigan y sigan pasando estos reclamos y otros, que conciernen a la vigencia efectiva de los derechos fundamentales de nuestros hijos, o si debemos manifestranos más abiertamente y luchar por los derechos, no sólo de nuestros hijos con discapacidad, sino de aquellas mujeres que ni siquiera aparecen en las cifras, pero han sido y siguen siendo objeto de prácticas violentas como, por ejemplo, la terrible esterilización forzosa “la cual forma de un patrón más amplio de denegación de los derechos humanos de las mujeres y niñas con discapacidad. Esta denegación incluye también la exclusión de manera sistemática de los sistemas de atención a la salud reproductiva y sexual, restricciones en la elección de métodos anticonceptivos voluntarios, una focalización en la supresión menstrual, una atención deficitaria durante el embarazo y en el parto, abortos involuntarios, y la denegación del derecho a ser madre” [1]
A las mujeres se les debe respetar su dignidad, en plenitud, sin excepciones, sin límites, sin prejuicios. Y lo debemos hacer todos y todas. Sin duda, es al Estado, al que le debemos exigir, visibilidad, es decir datos desagregados para hacer notar la condición humana y evitar así la doble o triple discriminación.
Todas sin invisibilizar a nadie, todas sin esconder las condiciones de nadie, todas con los mismos derechos y oportunidades.
Aquí también un estudio que vale la pena leer:
Mujeres con discapacidad y violencia sexual . Un problema invisibilizado
[1] Informe “Poner fin a la esterilización forzosa de las mujeres y niñas con discapacidad”Fundación CERMI Mujeres y el Foro Europeo de la Discapacidad (EDF) se aprobó en la Asamblea General del EDF celebrada en Madrid (España) en mayo de 2017