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Ana Elisa P.

A los compañeros de primaria de mi hija


Hoy tuve el último festival de navidad de mi hija mayor. Su festival de sexto de primaria.

Mi china, nació muy prematura, la secuela de esto es una discapacidad que la acompaña todos los días en todas sus actividades. Una parálisis cerebral que se ha convertido en mi estandarte. Me recuerda el milagro que es su vida, que yo tengo la voz que a veces ella no tiene, y que nosotros como familia tenemos la fortuna de velar por sus derechos y por los de otros niños como ella.

En primero de primaria nos incorporamos a la comunidad de Colegio Williams. Ese primer año, me pidieron que la China entrara una semana después, para aprovechar los primeros días y hacer algunas actividades de sensibilización con los niños y yo una breve presentación de mi hija con los papás. Que yo recuerde, ese fue el único momento de diferenciación que vivimos a lo largo de estos 6 años. A partir de ese momento, para el Colegio, mi hija fue una alumna más.

Mi China ha crecido a la par de sus compañeros, que ahora están convertidos en unos jóvenes, maduros, ávidos de salir a aventurarse en la secundaria. A todos ellos yo les agradezco todas las veces que la tomaron de la mano en una ceremonia, el cariño con que la guiaron en los festivales. La seguridad con que la defendieron cuando hubo necesidad. La paciencia y seriedad con que la escucharon cuando le tocó estar en sus equipos de investigación y, hasta las porras cuando se animaba a exponer y dar su opinión.

Por más que quisiera congelar el tiempo, no queda mas que atesorar los hermosos momentos vividos. Este baile de sexto, con la ya característica sonrisa de mi China, al sentirse plena, y parte de este grupo de amigos tan querido.

Mi regalo para ustedes es una promesa de gratitud y cariño por siempre. Aunque el verdadero regalo es lo que cosecharán es sus vidas al haber aprendido y puesto en práctica todos los días la riqueza de abrazar la diversidad, de ser tolerantes, empáticos y solidarios. Lo que significará en sus vidas adultas y sus trabajos, saber dar tiempos de espera, saber defender a sus iguales y sobre todo ver lo positivo que hay en cada persona con las que nos cruzamos en la vida.

Gracias, infinitas al Colegio Williams que ha hecho todo lo que está a su alcance sin dudar para formar alumnos humanos y con valores. A los maestros que lograron transmitir este mensaje en el día a día del aula. A los papás que nos han acompañado en este hermoso camino de primaria, y sobre todo a los amigos y compañeros que son la pieza fundamental para que ella vaya tan feliz a la escuela.

Esto no es una despedida, nos quedan meses de este ciclo escolar, que sin duda será muy emocionante, pero la fechas navideñas siempre llevan a la reflexión y con la emoción del Winter Fest, no quería dejar de decirles a los alumnos de sexto grado que han dejado una huella profunda de amor y agradecimiento en esta familia. Y que les deseamos mucho éxito siempre.

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