Buscando un documental corto que le pudiera ser atractivo a toda mi familia, me topé con uno que nos llamó la atención: Los Speed Cubers.
Según el tráiler trata sobre una competencia mundial de velocidad para resolver el cubo de Rubik.
Al ponerla, mi sorpresa fue que uno de los mejores speed cubers (persona que resuelve cubos de Rubik con velocidad) del mundo, es Max, un chavo con autismo.
Los papás de Max cuentan su historia con la que seguramente muchos de los padres de hijos con discapacidad nos sentimos identificados: tras el diagnóstico, los sentimientos y emociones por la pérdida del hijo soñado.
La mamá cuenta que cuando Max era pequeño estaba en su propio mundo, pero ella pensaba que tenía que estar cerca de él para cuando estuviera listo de salir de éste y poder interactuar con él, hasta que ese día llego, Max empezó a abrir su mundo y fue justo ese momento cuando ella empezó a disfrutar a su hijo.
Los papás de Max también cuentan cómo fue que, tras muchas terapias, un día tomó un cubo de Rubik para jugar, le enseñaron a resolverlo para mejorar sus habilidades motrices y a partir de ahí encontró algo que le gustaba, que disfrutaba y se fue adentrado en él.
Empezó a asistir a competencias, las cuales tenían un trasfondo ya que eran como terapias para su desarrollo social, tuvo bastantes logros y a partir de ahí encontró motivación para cumplir algunos retos a los que se enfrentan las personas con autismo.
La historia no sólo trata de la familia de Max, sino que hay otro personaje importante: el ídolo de Max, con quien surge una gran amistad entre ambos a pesar de ser rivales.
Sin duda es un documental original de Netflix que no se pueden perder.
* Por: Gaby M.
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