“¡Vas a ser madre!”, después de escuchar eso nada volvió a ser igual.
Ella que será madre por primera vez está feliz y ansiosa.
Comienza un camino desconocido en su mundo llamado “maternidad”, todos le cuentan cómo serán los primeros días, meses y años, y ella se prepara desde el primer día que supo de la existencia de su bebé.
Pero luego de concebir a su hijo, viene un diagnóstico inesperado. Ese rol de madre da un giro que nunca había considerado. Se siente confundida. Nadie le dijo que no todas las maternidades son iguales.
Ella que estaba dispuesta a ser simplemente madre, ahora deberá aprender a ser una “mamá especial” con superpoderes. Será enfermera, terapista, maestra, médico, investigadora y al mismo tiempo cumplirá su papel de madre, esposa, hija y profesional.
Para ella, cada logro de su hijo será una gran satisfacción y casi un milagro.
Cada momento a su lado será saboreado con profunda felicidad. Un primer paso, un abrazo o cuando diga “mamá”, derretirá su corazón.
Ella llorará porque habrá momentos en que se sentirá sola, desconsolada o sentirá que fracasa.
Soportará que personas externas le enseñen a relacionarse con su hijo.
Ella cambiará sus tacones por tennis, y las visitas a Mc Donald’s por citas médicas. Ella será presionada por la sociedad, evaluada y criticada todo el tiempo.
Aprenderá a tener una mentalidad libre de estereotipos porque sabe que los estereotipos pueden marcar la vida de alguien.
Ella verá en las dificultades una oportunidad para seguir adelante.
Luchará por encontrar un espacio para su hijo y los servicios que necesite.
Desarrollará habilidades que no sabía que tenía para entender y comunicarse con su hijo.
Aprenderá a ser más humana, a descubrir y a amar la inocencia de su bebé. Se va a maravillar una y otra vez de las cosas que su hijo ama.
Un hijo especial la hará una mamá especial. Gracias a todas esas mamis especiales por ser ángeles en la tierra.
Por Belén Ledesma
*Post original: https://sintacones.com.ec/para-una-mama-especial/
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