No me digas que soy especial.
Sé que es algo bien intencionado decir: que los niños con necesidades especiales se dan a madres especiales, pero también es una mentira.
No soy más especial que tú.
Soy solo una madre, como cualquier otra, que busca estar de pie para sus hijos.
La única diferencia es que a veces me resulta más difícil hacer eso en un mundo no diseñado para las diferencias.
Así que, no, no necesito que me llamen especial.
Solo necesito apoyo.
Necesito amigos que entiendan que las semanas pueden pasar antes de que sepas de mí. No es porque no te quiera o quiera ser incluido, es porque incluso escribir un texto requiere energía que no tengo. Por favor, sigue invitándome y amándome desde lejos. Cuando encuentre mi equilibrio, volveré.
Necesito un cónyuge que entienda que a veces lo último de mi lista es la intimidad. He estado demasiado ocupada todo el día, haciendo comidas que nadie comió, y redactado voluntades en caso de que sucediera lo peor. A veces necesito espacio para recordar que soy una mujer y no sólo una mamá que lo gestiona todo.
Necesito un jefe que entienda que mientras valoro mi trabajo, mi papel como madre siempre será lo más importante. Necesito un lugar de trabajo que entienda en cualquier momento que mi hijo puede tener una crisis o una necesidad médica tan grave que sea necesario que abandone la escuela. No puedo planear estas cosas, así que por favor no me despidas por poner a mi familia primero.
Necesito que las compañías de seguros sepan que cuando niegan un procedimiento o demoran una autorización, afectan a una persona. Esa pequeña autorización es la diferencia entre que mi hijo pueda aprender a comer, caminar y hablar…o no.
Necesito una iglesia que cree espacios para familias que no se parecen a todas los demás, y parques con rampas, y pequeños negocios que tengan horas específicos para aquellos con hipersensibilidad sensorial.
Verás, no necesito medallas, premios o galardones, no estoy haciendo nada más notable que ninguna otra madre. El trabajo duro es relativo, después de todo.
Pero lo que necesito es una comunidad. Personas y lugares que no me den una palmada en la espalda y luego se den la vuelta, sino personas que se pongan de rodillas y se atrevan a transitar el camino de la crianza de un hijo con necesidades especiales conmigo.
Porque ese tipo de apoyo sí sería algo especial de verdad.
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